Miro al horizonte una vez más.
Ya no veo aquella inmensa luz brillar.
Ya no queda nada, ni nadie en quien confiar.
Nuestro sueño había llegado a su final.
Sin siquiera reaccionar,
ya la tierra se fundía con el mar.
Se acababa el tiempo y tan solo se escucho,
el latido agonizante del horror,
que al planeta en cinco partes destruyo.
Sin rumbo viajarán,
hasta encontrar el lugar,
donde poder nacer y jamás caer,
donde poder crecer, sin temer perder.